CRÍMENES PERFECTOS

PALABRAS:
CRÍMENES PERFECTOS
Cristián Lagiglia
MÚSICA:
DE QUÉ...
Hernán Pesce - Cristián Lagiglia



CRÍMENES PERFECTOS


Su mano se hundió en los márgenes de un vestido rojo sangre cuyo escote trasero llegaba hasta donde comienzan las ansias. Él examinó todos los ojos de alrededor menos los ojos de ella, esos ojos ya eran de él, de su propiedad y solo lo podían mirar a él.

La quería tanto, tanto.

Se lo decía a cada rato. Por teléfono, en papelitos con pretensiones de cartas que dejaba en la mesita de luz, cuando la tenía enfrente.

La cuidaba tanto, tanto.

Siempre estaba atento a sus necesidades. Todo lo que ella lanzaba al aire como un suspiro para él se convertía en una orden, en un objetivo.

Siempre encontraba las formas y los momentos para estar encima de ella para asegurarse de que era feliz a su lado, de que no necesitaba a nadie más que a él para vivir su vida.

De a poco su trabajo fue quedando relegado porque ella se convirtió en un trabajo a tiempo completo que él hacía con gusto y también a destajo.

Empezó a recortar paulatinamente sus relaciones sociales porque comprendió que le robaban un tiempo precioso que solo quería tener para poder brindárselo a ella.

Se empezó a reír cada vez menos porque su única preocupación era que ella estuviera sonriendo, que se sintiera plena, que sus gracias fueran las únicas gracias que a ella le iluminaran el rostro.
Y una noche, esta noche, lo invadió una sensación terrorífica de miedo, de pavor palpable, el miedo atroz a perderla. Y se angustió hasta ahogarse en lágrimas ciegas sordas y mudas, mientras seguía bailando, escrutando a cada uno de los ojos amenazadores de los hombres que bailaban a su alrededor.

Se angustió al pensar que qué sería de la vida de ella sin su amor, sin su preocupación, sin su atención, sin su obsesión y ese miedo lo volvió loco.

Tomó su rostro con ambas manos, mirándola fijo a los ojos y sin decir una palabra, se aseguró y le aseguró que nadie en este mundo podía amarla como la amaba él.

Y esa noche que todavía era noche, después de la fiesta, mientras ella se acostó plácidamente en la cama que compartían y se aprestaba a soñar los sueños que él le había proporcionado, deambulando inconsciente en el limbo que él le había creado, ella se quedó dormida.

Él, tirado a su lado, contemplando con vanidad el universo que había elaborado en la persona de ella, pensó que ningún miedo se la podía arrebatar y que ella sería para siempre de él y de nadie más.

Y advirtiendo que ése miedo era el único flanco que había dejado sin cubrir, tomó el cuchillo y se lo enterró en el medio del corazón.

Y así otras treinta y dos veces más hasta asegurarse, y asegurarle, que nadie la podía matar como lo había hecho él.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Tuve el privilegio de ver como en pleno jolgorio de un casamiento se te congeló la mirada y empezaste a mirar lo que nadie ve y como te transformaste y me pediste algo para escribir y te di mi delineador y vos en cuatro servilletas que voy a conservar toda mi vida escribiste esta historia basada en un vestido rojo y un demente obsesivo. A los muchos lectores de ojosdepez les digo que mi placer es incompartible y las sensaciones intransferibles de ver como una persona muta en artista en breves segundos y en cualquier escenario. Tuyo es mi corazón, pero eso ya lo sabés.
PD: Hernán, no te conozco pero cuando ELNEGRO me hizo escuchar esta canción en la que compartieron autoría me voló la cabeza y así suenan los mensajes entrantes del demente escritor en mi teléfono. Aplausos por tu arte!

ZOE

MONTECRISTO dijo...

Envidio a zoe por estar en el momento preciso en el que se te sale la cadena y pasas de escribir algo totalmente amoroso y dulce a algo totalmente siniestro. Aplausos para la combinación Pesce Lagiglia en la canción, es perfecta!!!!!!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

Aplausos y más que aplausos para una mente complicadita, no la del asesino, la del escritor, la canción es una hermosura y veo que compartieron creditos, ya son como una pyme

tincho stone dijo...

tan bonita canción y tan descabellada historia. Leí más arriba que esto se te ocurrió en un casamiento, y para las más lindas y alegres adonde vas, a Disneylandia???? impresionante

Anónimo dijo...

Si el primer comentario es verdad, bueno, eso justificaría todo lo que llevo leído asta ahora y que no ha tenido desperdicio alguno. Lo que me sorprendía era la variedad de historias, ahora ate los cabos, parece que el escritor ve historias donde nosotros vemos gente bailando. Aplausos y la canción es una belleza tan dolorosa como la historia.

Vicky V.

Armando dijo...

negro yo sabía que estabas loco pero cuando te vi escribiendo en pleno carnaval carioca y cuando me contaste la historia desayunando en la montaña no sabía que me iba a encontrar con esto, confirmo tu insanía que da placer y no le hace mal a nadie sos un lujo de persona y de escritor.

LAPIBADELMCDONALD'S dijo...

volví porque parece que vos volviste!!!! basta de escribir sobre a quien no le importa que le escribas, prefiero el fobal o los asesinatos. Te hago el desayuno?????

Anónimo dijo...

mamita querida que cabecita tan complicadita me morfe que era otra tierna historia de amor hasta el ultimo renglon que bueno esta y la cancion es un avion

Anónimo dijo...

Me encantó! Nunca leo tus historias a penas las posteás...y aunque parezca un falta de respeto...esto es porque no me gusta leerlas a las apuradas. Como esos platos que uno adora y solo puede darse el gusto de comer cada tanto...me gusta sentarme tranquilo...parar el reloj y deleitarme. Felicitaciones!

TOBY S.

Pinky dijo...

Pinky está chenchible.....son dos salames!!!!!!!!!!!

Flor Pont dijo...

esto hay que propagarlo y desde mi humilde posicion me voy a encargar de mandarle la direccion del blog a cada uno de mis amigos, la verdad no tiene comparacion con nada de lo q he visto en internet. Aplausos