EL CAZADOR

PALABRAS:
EL CAZADOR - Cristian Lagiglia

MÙSICA:

ROOTLESS TREE - Damien Rice
Versión Acústica 2010 - Hernán Pesce




EL CAZADOR

Lo tenía a menos de un metro.

Nos separaba un aire impenetrable e impuro y una espalda que muchas veces vi o imaginé extendida al lado mío.

Lo miré fijo a los ojos y estaba tan débil que casi no me pudo sostener la mirada.

Se tambaleaba por el escenario dentro de ese pseudo baile que era su marca registrada.

Las orugas ya habían jaqueado su sistema inmunológico así que supongo que lo que lo mantenía en imperfecta vertical era su alma o los restos de ella.

Balbuceó algo que no se entendió al micrófono y se rió para sí mismo y puedo asegurar que su sonrisa macabra hizo cortocircuito con las luces que alumbraban el lugar.

Creo que estaba llorando, creo eso al haberlo visto tan de cerca y sentir que se aleja cada vez más del suelo, cada vez más del cielo.

Creo que él también lo sentía y por eso la risa retumbó como los truenos de las densas noches de verano en la oscuridad mística del miedo a la soledad.

Ya no me pude quedar tan cerca de él y me alejé entre hombros transpirados y el olor a porro que casi me levanta en andas.

Pedí una cerveza y lo seguí escuchando por los parlantes.

Bajo el precario techo del Cacano Bar se desató una tormenta paranormal y en un microsegundo nos quedamos solos, él y yo.

Me susurró al oído que ya se sentía cómodamente adormecido y a mí el terror me caló hasta la fibra más íntima.

Lo volví a mirar fijo para demostrarle que no me como ninguna y ahí donde antes tenía los ojos encontré los huecos que los cuervos supieron horadar.

No sé porque extraña razón su rostro me pareció más amigable.

Vi o veré, en ese rostro, a mi propio rostro cuando me cruce con algún espejo que escupa las verdades que tan bien sabemos ocultar bajo la alfombra de la conciencia.

Estaba muerto, él lo sabía perfectamente y me lo quería contar.

Me dijo que ya no hay pelea entre El Bien y El Mal, que solo han quedado en el campo de batalla esquirlas de cuerpos mutilados (el suyo, el mío, el de todos) y lo que antes era un verde valle y esperanzador ahora se ha convertido en un cementerio nauseabundo de desesperación.

Se estiró la piel de la cara que ya se había convertido en un puzzle donde faltaban casi todas las piezas y se atragantó con una saliva espesa que podría ahogar todos los designios.

Adentro del bar siguió lloviendo y creo que no paró, por lo menos hasta que a él, por fin, se le extinguió la mirada.

Nos procuramos una mueca mefítica como despedida sabiendo que ya no habrá veranos por venir y después todo pareció volver a la normalidad.

Nos alejamos, uno del otro, dañados para siempre.

Un año después, mirando con detenimiento un cielo inmóvil y aterido, me doy cuenta que allá arriba hay una estrella de más y en esta tierra que desandamos, casi sin ton ni son, le falta TODO UN ALMA.

Esa alma, que por pasillos largos sin temor, quiso tomar por presa al cazador.


a la memoria del Bocha Sokol.-

(definitivamente ya estás sonriendo)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Tremendo, me dio hasta miedo a mi que ni siquiera soy fan. Tremendo.

MONTECRISTO dijo...

Loco hay veces que dudo de tu salubridad mental. No he encontrado mejor descripcion de la muerte. Siga asi, que da miedo. Abrazooo

DIEGAAA dijo...

dudo de que el bocha haya sonreido hasta que leyo esto. Que homenaje, aguante el bocha!!!

matias dijo...

boludo, todavia tengo escalofrios yo tuve esa noche en cacano y senti algo muy parecido. que vendra el lunes que viene? tengo miedo. rockandrollnenene

ABRI dijo...

nene no se si quiero ver una foto tuya, mejor seria una tomografia. Que pedazo de cabeza, mejor me imagino como seras. Impresionante el tema de damien rice, da menos miedito. felicitaciones