YA SE LO QUE QUIERO... ¡Y LO QUIERO YA!

PALABRAS:
YA SE LO QUE QUIERO... ¡Y LO QUIERO YA! - Cristián Lagiglia
MÚSICA:
BLACK (Pearl Jam) - Hernán Pesce - Versión en vivo - Adiós Vacas (2003)




YA SE LO QUE QUIERO... ¡Y LO QUIERO YA!

Parece ser que cada carencia arraigada en nuestro ser estimula en nosotros una contra ofensiva dual.

Podría ser que generamos el anticuerpo necesario para salir en la búsqueda de lo que carecemos y en otra situación, en otra dimensión de nuestro ser, hacemos de cuenta de que no necesitamos cubrir esa carencia y que podemos deambular sin más prolegómenos por los grietas de la vida sin eso que nos falta.

El problema no es el accionar (tanto uno como el otro), el problema es el conocimiento de la existencia de esa carencia.

La ignorancia nos cubría con una manta confortable de inocencia y al destaparnos fuimos conscientes de que algo nos faltaba y perdimos para siempre la inocencia que nos provee la ignorancia.

Fuimos conscientes. Supimos.

Escuchando la bellísima canción de Sabina que se llama Contigo, adhiero, en silencio, con cada uno de sus versos en los que explica, reclama, deja sentado, en una sutil letanía, todo lo que no quiere en una relación de pareja.

Esa sí que es una visión intensa, es un paso hacia delante el saber qué es lo que no se quiere como un camino enrevesado que nos puede llevar hacia lo que realmente se quiere.

Toda esta montaña que formaron sus palabras en mi se cae como un frágil castillo de naipes cuando Chaco me cuenta que haciéndole escuchar la misma canción a su pequeña hijita llamada Zoe, ella, muy sueltita de cuerpo le dijo, palabras más palabras menos, que por qué en vez de decir todo lo que no quería, por qué mejor no decía lo que realmente quiere.

¿Qué poder tan poderoso, valga la redundancia, y práctico anida en la visión de un niño?

Pienso que ella usa esa practicidad amparada en la inocencia a la que ya desmarcó de la ignorancia (sabe que diciendo lo que quiere, no hace falta que diga lo que no quiere).

Encontró un camino directo y visceral, que de mantenerlo así, le ahorrará en su vida un tiempo precioso en poder conseguir lo que quiere, en el peor de los casos.

Intento por todos los medios volver a ponerme en la situación de ver las cosas de una manera sencilla, práctica, inocente (cosa que puedo intentar hacer porque en algún momento lo habré hecho tan fácil como Zoe) y me encuentro con las trampas que me he ido tejiendo a mismo con paciencia de orfebre a lo largo de todo este tiempo que llevo viviendo.

¿Tan difícil puede llegar a ser volver a ser el que fui siendo quien soy ahora?

Ni la menor idea, pero empiezo a bajar escalones de mi mismo en busca de las respuestas que viven en mí y que he tenido la precaución de dejar guardadas para cuando la situación lo amerite.

Y ahora lo amerita de sobremanera.

Me cuelgo mirando una pareja que desayuna en mi McDonald’s a dos mesas de la mía y trato de imaginar que piensa él mientras le pone azúcar a su café y qué pensará ella mientras deshoja el diario con noticias de ayer.

No hay comunicación fehaciente entre ellos y sin embargo a mí, el tercer ojo de la escena, me están comunicando muchas cosas que no quiero para mí mismo.

Activando el cuarto ojo, el que me enseñó Zoe, los impulso a los dos en mi imaginación a que se besen, a que se toquen, a que se miren, a que se vuelvan a reconocer en ese metro cuadrado que es su marco de referencia.

En mi mente consigo que ella deje el diario y le revuelva el café a él y consigo que él la mire con la ternura que da sentirse parte de alguien.

Me doy cuenta de que los estoy utilizando en mi película imaginaria para lograr el objetivo de lo que quiero que me suceda a mí. También me doy cuenta de que mi imaginación no logra modificar nada de los universos en los que se entromete (si no, hubiese encontrado el billete de cien pesos que me vine imaginando durante todo el camino hacia aquí) pero me dejó una sensación de satisfacción usarlos como actores de lo que yo quería para mí.

No contento con la escena que tejí en mi mente con ellos actuando mi propia película, abandoné mi mesa y con muchísimo respeto me acerqué a ellos dos para contarles este delirio.

Por supuesto que la cara de sorpresa y de orto con la que me miraron estaba más que justificada (sobre todo la de él), hasta que ella distendió la tensión de la situación confesando, sin mirarlo a él, que hacía unos instantes estaba recordando cómo eran los desayunos que antes tenían, donde hacían exactamente lo que yo les hice hacer en mi mente.

Él bajó la guardia, me invitó a sentarme a su mesa y durante un largo rato charlamos como viejos conocidos sobre la indiferencia, el deseo, la costumbre, la desidia, la monotonía, el querer retroceder el tiempo y todas esas cosas que se hablan cuando se habla de amor.

Al cabo de un rato y de saborear la repetición de nuestros cafés, me levanté y me despedí de Eduardo y Soledad y agarré por San Martín para abajo con más certezas que dudas en cuanto a lo que quiero para mi vida.

Al darme vuelta para que una leve brisa no apagara la llama de mi encendedor, prendí mi Philip Morris y al levantar la vista los vi en su mesa, con los cafés y el diario a un costado y abrazándose y besándose como fue un principio...ahora y siempre.

Tiré mi primer bocanada de humo y sonreí, en silencio le agradecí a Zoe por enseñarme el camino de vuelta hacia mí mismo y me fui tarareando ése hermoso estribillo de Joaquín que dice: “...y morirme contigo si te matas y matarme contigo si te mueres...porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren...”

Nada más que eso quiero.


18 comentarios:

vanina dijo...

que belleza, que simple, demasiado contundente para esta mañana.

andre dijo...

en serio haces esas cosas? y si no son en serio, que imaginación querido, se te puede contratar para que cuentes cuentitos al ir a dormir?? felicitaciones

Jimena dijo...

muy buena historia. y pensar que te he visto muchas veces mirar a la gente que va a "nuestro" macdonal y leer y escribir en sus mesas.doy fe de que seguro esto es verdad porq te he visto hacien dolo

Laura dijo...

No será q tal vez deberíamos pensar más como niños? No se si tiene q ver con la inocencia descargada de ignorancia, creo (elijo creer) más bien q los niños tienen inocencia sin MIEDO, todo eso q los adultos nos encargamos de enseñarles (amputarles la creencia de q todo se puede, más o menos) con el afán de "socializarlos". Gracias!!

Florencia Silva dijo...

"Los rostros no proceden de la genética sino del color de la carencia"

Nunca se está más a salvo cdo uno se siente parte de alguien.

Cada vez me gusta más este blog che

DR. MARIO OYANAR dijo...

Excelente relato. Te he seguido con atención y debo confesar que aunque tu estilo es muy particular y con ello quiero decir que no es habitual, por lo menos en las cosas que leo, lo que más me sorprende es la variedad de historias. Me recuerda muchísimo a Fabián Polosecki, salvando las distancias en que a él le armaban las historias para narrar y que de vos me parece que vas en busca de ellas para nutrirte, independientemente de como esten escritas. Mis más sinceras felicitaciones.

Pinky dijo...

los sigo queriendo!!!!!!!!!!! a pesar de todo!!!! Berni...............bue...... el año que viene en Barcelona te digo!!!!!!!!!! te lo adelanto......alucinante!!

daniela dijo...

Tremenda historia como prestar atención al niño que llevamos dentro. Lo tuyo no es la escritura que andas dejando por aquí, lo tuyo es la mismisima vida que andás llevando por todos lados.

Dario dijo...

Flaco, yo soy un burro pero la posta no me canso de leerte la agarrea la patrona y la mate a besos todo porq me atinaste los sentimiento con esta historia pago el porron cuando quieras el cajon mejor!!!!

Anónimo dijo...

Qué te puedo decir??? Siento que lo escribí yo... Pero siempre digo que sé y tengo claro lo que NO quiero. Leyendo esto quizas pueda aprender de Zoe para tener más claro lo que SÍ quiero.
"... porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren...". Mirando el mar vuelvo a mí misma, y pienso en esto todo el tiempo mientras vos "moris" en tu McDonalds. Una vez más, mis APLAUSOS Negro!!
Te extraño!!!
Berni, qué buenos recuerdos ese día!! Congrats también!
P.P.P.P.P. (en Peñíscola y Pelotuda, obvio!) :-)

Anónimo dijo...

Hoy te vi de nuevo en esa fuente de experiencias que es tu McDonal's y te vi tan perdido, como que te habian robado algo precioso, preciso. No levantaste la mirada,tu cigarrillo se consumia sin fumarlo,los diarios cerrados,pense que estarias imaginando otra historia para deleitarnos y fue la primera vez desde que te leo que pedi que no hayan mas historias en ojos de pez si eso hace que vuelva tu sonrisa inolvidable.Nunca lei a nadie que dejara las entrñas en cada renglon como vos pero querido, se te esta llendo la vida esperando por algo que lo mas seguro es que nunca suceda.Ya sabes lo que queres ahora apunta hacia otra persona hacia otra alma, esa que borro tu sonrisa no se la merece en lo mas minimo. No te mueras en Mcdonald's, no te mueras en ningun lado porque el amor cuando no muere mata y antes de un gran escritor vos sos una gran persona. Perdon por aconsejarte en este tu espacio pero quienes te han visto brillar aunque sea pidiendo un cafe con leche mitad y mitad con 5 de azucar, medialunas quemadas y vasito de soda creo que preferirian verte vivo antes que escribiendo. Que sea tu voluntad.

P.

Anónimo dijo...

Parece que todos estan viendo un mito que camina y escribe que vive y se muere cada dia. Parece que todo el mundo te conoce o vos le vas dejando un cacho de tu vida a cada uno que te cruzas. Leo esto y me emociono y en plena madrugada de otro jueves cobarde te veo peleando por tu alma y con tu alma y cuando te pregunto que joraca haces a esta hora en la calle en que hasta la luna duerme, me contestas que estas esperando el llamado mas importante de tu vida. Ojala haya llamado, ojala sea el comienzo de tu tercera vida, como vos decis, ojala, como escriben mas arriba, que no te mueras en ningun lado, ni de pena si el telefono no suena. Ojala alguien te pueda dar eso que tanto estas esperando. abrazo (tu segundo escritor favorito)

Anónimo dijo...

Decime que no fue otro jueves cobarde, decime que valio la pena verte con los nervios hechos trizas a las 2 de la matina esperando "el llamado de tu vida", decime que te pudiste operar del bandoneón, como vos decís, y que ahora estás sonriendo.Decime que tu tozudes te llevó a buen puerto porque de esa manera me habrás demostrado que mierda hay que hacer cuando pinta el amor.Decime que valio la pena haber sufrido tanto y esperado tanto porque de esa manera YO ME VOY A SENTIR MUY FELIZ POR TI, AMIGO. Abrazo (tu segundo escritor preferido,je)

Anónimo dijo...

que grosso, vos y Zoe y yo que lo entendí.

EMILIO FURTARI dijo...

Este blog es lo mejor que he visto en internet en años. Creo que a Hernán y a Cristian les debo mi agradecimiento porque leí una historia que se llama SALVA y creanme que en el momento que me la hicieron leer, a mi me salvó la vida.
Creo que difundiendolo es mi manera de devolver tanta magia. Gracias

MARIANA(unangelparatusoledad) dijo...

Amor de mi vida lo que pedis lo tenés al alcance de tu mano, solo tenés que tomarlo. Es genial que ya sepas que querés, ahora es sería genial que te atrevas a aceptarlo.
Un placer enorme conocer la cara de Hernán, justo mo me lo imaginaba, un genio!

Ernesto dijo...

Debo admitir que la idea de tener alguien que se sume a Facebook con esta calidad para reinvertarse asi mismo tantas veces (o en cada texto) me emociona muchisimo, sobre todo porque no soy de ponerme a escribir tan seguido, sucede asi, que al leerte, me dan muchas ganas... El blog esta sin desperdicio querido amigo... un abrazo... Viridio o Ernesto Busin (...El Refugio de la Luna)

caro dijo...

increíble historia y se condice con tu forma de bailar, de fumar, de tomar y de mirar a los ojos, con RUMBO PERDIDO!!!