SETECIENTOS TREINTA DÍAS DE ELLOS

PALABRAS:
SETECIENTOS TREINTA DÍAS DE ELLOS
Cristián Lagiglia
MÚSICA:
No necesito nada (NTVG)
Hernán Pesce - Versión acústica 2010




SETECIENTOS TREINTA DÍAS DE ELLOS

Lo particular de la historia que les voy a narrar es que me la contaron en vivo y en directo y está desprovista de conjeturas e imaginación mía. Los protagonistas existen (como muchos de las historias de OJOSDEPEZ) y es un relato que me contó El Tipo (protagonista de la historia) y que me tomó de sorpresa, como te toman de sorpresa esas cosas que no estás esperando. La versión de La Chica no la tenemos y es algo por lo que yo estoy esperando para empezar a escribir un libro que hable solamente de la versión de ella. Tenemos toda la vida para esperarla. Y toda la vida para escribirla.

Un día La Chica le pidió al Tipo, que estaba desayunando con su hijo en el lugar habitual, si le podía grabar varios discos para hacerles un obsequio a sus amigas para El Día del Amigo. El Tipo tomó nota y solo pensó en los cincuenta mangos que se iba a embolsar gracias al encargo.

Unos días después (un día antes del Día) La Chica le preguntó al Tipo (que nuevamente estaba desayunando en el mismo lugar) si conocía algún bar donde pudiera hacer reservas para festejar el mencionado día, esgrimiendo la excusa de que todos los lugares a los que ella había llamado estaban colapsados por la demanda de la gente que siempre se apelotona en todos los lugares para esa fecha. El Tipo, con la inocencia que da la ignorancia, le dijo que sí, que él tenía un amigo que tenía un bar recién inaugurado y le pasó el número telefónico para que ella pudiera hacer la reserva correspondiente. El Tipo solo pensó en lo bien que le vendría a su amigo tener mucha gente para ése día en el bar y se sintió realmente bien por poder darle una mano. Lo que no entendió en ese momento fue porque causa no le entregó los discos ahí mismo ya que los tenía terminaditos y encima, guardados en su bolso.

Cuando por fin llegó el día El Tipo se dio cuenta, revolviendo su bolso, de que no le había entregado los discos a La Chica y puteó por lo bajo por el olvido y cuenta la leyenda (y ya sabemos que las leyendas nunca son exactas) que le mandó un mensaje de texto para ver donde se los podía entregar de forma urgente, ya que a la noche era el festejo. La Chica le contestó que simplemente se los llevara a la noche al bar del amigo del Tipo, y le agradeció porque ya le habían tomado la reserva. El Tipo volvió a putear por lo bajo ya que no pensaba ir al bar esa noche. Pero cincuenta mangos son cincuenta mangos, pensó.

El Tipo tiene un amigo que es muy fiel (lo es porque nunca se separa de él) y que realmente es un arma de doble filo. Se le presenta de las formas más diversas. Algunas veces puede tomar forma humana, otras veces puede ser una esquina, otras veces puede ser un semáforo con las tres luces en verde. Como es una entidad maquiavélica, El Tipo ha convenido consigo mismo en llamarlo Destino.

Promediando la tarde anterior al festejo del Día del Amigo, El tipo estaba fumando apoyado en su ventanal (que apuntaba hacia la libertad) y su hijo que andaba revoloteando por el sucucho vio los discos y le preguntó para qué y para quienes eran. El Tipo le contó muy por encima la secuencia de hechos que hicieron que esos discos estuvieran todavía sobre su mesa e irónicamente le dijo que nunca iban a llegar a destino porque había decidido que no iba a ir al bar esa noche.

El hijo del Tipo hizo un silencio de unos veinte segundos y como corporizando al ente maquiavélico del cual les hice mención, se pasó una hora entera tratando de convencer al Tipo de que no podía despreciar cincuenta pesos, de que no le podía hacer eso a La Chica, que estaría buenísimo de que fueran al bar a llevarlos y de paso cuando dieran las doce podía saludar a su amigo por El Día Del Amigo y demás argumentos que El Tipo no pudo (no quiso) refutar. El tipo no entendió, en ese momento, que lo único que quería su hijo era pasar su primera noche de bares y que lo estaba manipulando para que se fuera a cambiar y partieran hacia el bar. Al cabo de un rato, se pusieron lindos (al Tipo le costó mucho más que al pendejo) y partieron.

Cuando llegaron se sentaron en la barra porque el lugar estaba atestado de gente y regada por una Coca Cola bien fría y una copa de vino fino natural, El Tipo y su hijo se enfrascaron en una conversación sobre los amigos, la amistad y las lealtades. El Tipo solo estaba esperando que se hicieran las doce, fundirse en un abrazo con su amigo, apurar el último sorbo de vino y agarrar a su hijo del brazo y volverse a su casa para descansar.

Dicen las malas lenguas que a veces cuando no estás esperando nada te empieza a pasar todo.

En medio de la conversación notó que su hijo corrió la vista de sus ojos y empezó a mirar por encima de su hombro y El Tipo se sorprendió como, inesperadamente, se le iluminó la cara al pendejo. Cuando El Tipo giró para ver qué es lo que estaba mirando su hijo vio a La Chica parada a sus espaldas.

Es imposible contar acá lo que me describió El Tipo que le pasó (cuando me contó la historia personalmente) pero en tren de ponerme riguroso con la narración algo les voy a poder transmitir. El Tipo me dijo que cuando la vio sintió que se le paró el corazón por tiempo indeterminado, que escuchaba que él hablaba con ella pero que sabía que no lo estaba haciendo él, las palabras se las estaba articulando el mismísimo alma. Me contó que sus ojos (que ya la habían visto varias veces pero que nunca la habían mirado) estaban delante del ser más hermoso que alguna vez habían tenido la suerte de mirar. Que le temblaban las manos, que le temblaba todo el cuerpo y que nunca se había sentido tan indefenso y tan feliz como en ese preciso momento. Que La Chica tenía los únicos ojos que él había visto en su vida, que tenían tatuada la verdad, dijeran lo que dijeran sus palabras.

Cuando volvió en si (me contó el tipo), le agradeció sin palabras a su HIJO-DESTINO por la insistencia y la manipulación de los hechos y sacando los discos del bolsillo, se los entregó a La Chica y no se los quiso cobrar. El Tipo sabía que las alegrías se pagaban con otras alegrías y él se consideraba totalmente pago con solo tenerla enfrente.

La chica aceptó el regalo algo sonrojada y prometió pagar un vino que tomarían juntos para devolver el gesto generoso que había tenido para con ella El Tipo, esto sin percatarse del desastre manifiesto que ella ya había ocasionado en él. Para todo el viaje.

Si tomaron o no tomaron ese vino...ésa ya es otra historia.

Esta simple historia que les conté hoy cumple dos años y yo, cuando den las doce y un segundo del martes 20 de julio de 2010, en el instante en que por mi cabeza y mi corazón pasan las caras de todos los hermanos que me dio la vida y que tengo diseminados por el mundo y a los cuales amo con todo lo que me da el cuero, también voy a levantar la copa en honor del Tipo y La Chica y brindaré por los amores que matan, que le dan el significado de eterna a la vida y que nunca mueren y también por hacerme partícipe de esta historia de amor que para mí es la más bella de la que alguna vez haya tenido noticias.

Por setecientos treinta días de ellos.


a La Chica y al Tipo...ojala que estén sonriendo.


14 comentarios:

Anónimo dijo...

"...Dicen las malas lenguas que a veces cuando no estás esperando nada te empieza a pasar todo..."
TODO DICHO, NO???´
Qué bueno volver a recordar esta historia del Tipo y el Destino!!!
Brindo desde acá por La Chica, por El Tipo, porque esten sonriendo sí Señor!!!
FELIZ DÍA DEL AMIGO NEGRITO!!!
Primo... aplausos de tu prima fiel q te escucha siempre, siempre, siempre!
P.P.P.

vanesa dijo...

como se dice cuando algo te tambalea emocionalmente hasta que despides un líquido involuntariamente????...me hice pis con esta historia, ojala seas el tipo (algunas pistas hay) y ojala La Chica haya invitado ese vino y vayan llenando la copa todos los días. Por los amores que matan y nunca mueren!!!!!

LAPIBADELMACDONALS dijo...

la puta madre que te parió a vos, al Tipo y a La chica!!!!

FABIÁN+++++++++++ dijo...

Aunque el vino que invitó La Chica por momentos fue veneno y lo sé porque El Tipo te lo contó a vos y vos me lo contaste a mi, realmente espero que estén sonriendo porque eso me dejaría la boca sellada y empezaría a creer en la perseverancia y en el amor y porque El Tipo se merece ser feliz con lo que su corazón eligió para recorrer este viaje.

caro dijo...

El Tipo tendría que hacerle leer esto a La Chica para que invite el vino y se deje de joder!!!! y vos tendrías que tener a tu chica al lado porque no hay manera de que alguien que escribe así no consiga lo que quiere. Por lo menos conmigo lo conseguiste!

PD: terrible la canción, me parece más bella que la original y eso que la original es mi canción de cabecera (después de que me la hiciste escuchar vos)

CARO.-

ZOE (teloteníaquedecir) dijo...

Que buena historia, me hubiera gustado que El Tipo no pasara por todo lo que pasó una vez que bebió ése vino. Me hubiera gustado que a El Tipo se le hubiera corporizado el destino otra vez y lo hubiera arrancado para siempre de esa historia. Me hubiera gustado no verlo sufriendo y perdiendo vida por algo que no lo vale, por más que el principio haya sido tan bello como lo contás en esta historia.-

ARIEL D. dijo...

que hdp si la mina que te vuelve loco no esta con vos ni te calentes man no vale la pena, aca en la oficina ya conte a seis que sin haberte visto ya se quieren ir con vos. Ah ya te vieron en facebook y dicen "AHORA CON MÁS RAZÓN"!!!!jajajajaj. Abrazo hermano

Marce dijo...

BUENA HISTORIA PERO LA CANCION SE ROBÓ MI CORAZÓN!!!!!!!

Anónimo dijo...

Dos añossssss, 730 díassssss, El Tipo se da cuenta cuanto tiempo ha perdido?, vos que le escribís las historias deberías ponerlo en aviso.

Anónimo dijo...

que buena canciòn!!!!!!!!!aplausos ;)

MONTECRISTO dijo...

Batman y Robin; El Diego y El Cani;Lennon y McArtney; Pinky y Cerebro; Ortega y Gasset,ja; Budd Spencer y Terence Hill...Cristian y Hernán...juntos son dinamita!!!!!!!

Pinky dijo...

Montecristo se acordó de mi!!!!!!!! amo al negro y al pelado!!!!!!!!!!!

ESTEBAN B. dijo...

Flaco, te leo hace una bocha, esto parece una novela y por lo que puedo decodificar me parece que El Tipo anoche estaba sonriendo en vísperas del día del amigo! Aunque no te conozca y solo sea por unas fotos, siento que es una alegría que te haya salido bien algo en la vida. Por las tantas alegrías que me han dado tus historias! Felíz día!

Anónimo dijo...

pero si estoy con vos...NO NECESITO NADA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!




CEL.-